martes


No hay nada peor que sentir un vacío existencial. Yo ya ni siquiera sé hasta qué punto estoy viva, a decir verdad creo que mi corazón sigue latiendo por inercia, como función vital. Sin embargo no tiene un sentido, no tiene razón para continuar. Es extraño, ayer creí que había llorado tanto que se estaba por ahogar; hoy lo siento duro como la roca más fuerte y pesada que haya alzado alguna vez. No se mueve, remane inmanente como un David. Sí, me estoy empezando a convencer que mi corazón se está convirtiendo en algo más bien parecido a una estatua de museo. ¿Y todo por qué? Porque creo que no siente! Que está vacío, hueco. Porque ya no late con la misma fuerza de antes; no se agita con la misma astucia como cuando solía ver a ese alguien especial. No, ya no.
¿Y saben qué? Me acaba de pasar algo irónico. Como si estuviese buscando una forma de poder explicarme mejor, encuentro en un fotolog la siguiente frase:

" All our lives we search for someone to love, someone to make us complete. We choose partners and change partners. We dance to a song of heartbreak and hope, all the while wondering if somewhere, somehow, someone p e r f e c t is searching for us too."

No sé de dónde salió, pero es perfecta. Es lo que estaba buscando ahora.
Lo que necesito gritar a cuatro vientos.
Que mi corazón no se mueve, pero busca desesperado.
Quiere. Necesita volver a sentir uno de esos impulsos.
Para recobrar el sentido de su existencia
De mí existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario