jueves

cosas sueltas mías que andaban por ahí ...

Y pasarán las horas, los días, las semanas. Las estaciones teñirán de diferentes colores nuestro jardín. Los años seguirán su transcurso y tú me preguntarás cómo es que se nos pasó la vida. ¿Y sabes que te voy a responder? Amándonos. Amándonos como desde el primer día, con la intensidad de los jóvenes que sólo las viejas almas gemelas pueden continuar. Con los sueños renovados y metas cumplidas o dejadas atrás. Pero siempre amándonos vos y yo. No importa cuándo, cómo, dónde. Vos y yo no termina.Vos y yo eternidad. Es mi vida. Es mi muerte. Es mi felicidad. Vos y yo… todo lo demás. Vos y yo y nada más. Es la razón inexplicable y sin sentido, es la sana enfermedad. Vos y yo, no pido más. Que sigan pasando los días, quiero seguir viendo cómo cambia de color nuestro jardín. Que vengan más años; ¡qué pase todo! Porque significa que vos y yo seguimos siendo uno.


Te iba a buscar y ya no estabas. Te quería hablar y ya te habías vuelto otra sombra revoloteando en mi inconsciente. Te perdí, probablemente porque nunca supe realmente si te había tenido o a lo que quería era un fantasma con tu rostro que sabía sonreírme de la misma y única forma que tenes vos.


Un poco de lo interno ya no está; el sentido común lo perdió entre vasos de cerveza tibia y miradas al pasar. Todo por la loca búsqueda del amor desenfrenado, ese tipo de amor que no va a encontrar.
Y lo arriesga todo por las dudas, al fin y al cabo qué más da. Ahora se siente otro ente entre la infinidad de caras indistinguibles de la ciudad. Importa poco o nada. Qué justificación hay, si tal vez el mañana tampoco va a llegar.

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