martes




Sabes? A veces logro convencerme de que mi cabeza por fin dio un giro; avanzó unos centímetros y logró sobrellevarte. Estoy casi segura de eso por el simple hecho de que mi cerebro pareciera estar más relajado, coherente y enfocado. Aparentemente vuelve todo marchar sobre ruedas y hasta mi humor simula estar un poco menos triste y más expectante por el futuro. Pero lo que viene después es algo tan indescriptible como incontrolable. Pasas al lado mío y, como un imán, cada molécula de mi piel se estira hasta estar lo más cerca posible a las tuyas. Sí, lo sé, suena raro pero es así. Es como si hubiesen encontrado su molde en tu figura, como si fuese el lugar más cómodo del planeta [ Y tal vez tengan razón ]. Obviamente, la única parte de mi ser, esa que tendría que tener el control sobre el resto de mi sistema; deja de ser obedecida y se queda hablándole a las paredes huecas de mi cráneo. Mientras tanto MI MIRADA YA SE VOLVIÓ A PERDER EN LOS HOYUELOS DE TUS CACHETES, mi boca nuevamente está sedienta de hablarte al oído para provocarte y que me robes un beso, y mi sentido del olfato recuerda que es adicto a tu olor al recorrer sin prisa y sin pausa cada rincón de tu pelo.







[ UN TEXTO POR DEMÁS VIEJO QUE ENCONTRÉ
RECIEN Y QUE COMO PEGA CON EL COLLAGE QUE
HIZO MI AMIGA PERSONAL, LA SEÑORTIA NUEVE, LO BLOGUEO. ]

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