jueves

Y no, a veces no se encuentra consuelo en nada. El dolor, la confusión y la impotencia se hacen tan inabarcables que en verdad crees que estás como ausente porque ninguna palabra del mundo exterior te toca. Pero el tiempo cura todo, o al menos te ayuda a sobrellevarlo. Y Dios también está ahí, sabes?. De alguna manera el corazón se calma, el alma baja su arritmia y unas sonrisas se dibujan de nuevo. Pero mientras eso no llegue y las voces se sigan sintiendo lejanas, sabe que yo nunca voy a dejar de hablarte.

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