sábado




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Ves que tengo razón? La vida es injusta.
- Ah sí? - Me limité a decirle sin mirarlo, manteniendo la vista clavada en el infinito paisaje de cables y techos grises.
- Sí. Por eso creo que es mejor que hagas lo que te plazca y te guíes según vos misma. – Se dio vuelta y me quitó el cigarrillo de entre los dedos; estaba tan helado como yo. A esa altura de la noche hasta el mismo tiempo se congelaba.
- Y dime entonces… ¿Qué hay de justo en la voluntad? –




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