domingo

Hilos. Estamos hechos de hilos; nada de carne, huesos o piel. Somos el conjunto de un sinfín de conexiones suaves que por alguna razón del destino se cruzaron y entremezclaron en las historias de nuestras vidas; te marcan e impiden que sigas sola. Hilos recargados de experiencias, aventuras, amores, amistades, historias, alegrías y tristezas que te ayudan a sobrellevar el propio ovillo en el que te estás convirtiendo. Un día te das cuenta que hay uno que es el más especial de todos, ese con el que fuiste rodeando por completo y hace que sientas que sos quien sos porque él se fundió en tu esencia de chica de trapo. Y si ese hilo se rompe sentís que de repente todo ese mundo de conexiones se viene abajo en silencio, como un desplome del alma… como un sonido hueco. Todo se reduce a una especie de vacío, o mejor dicho, a esa amarga sensación de sentirte una isla desierta en el medio del mar.
¿Qué se supone que tiene que hacer una cuando se queda sin su hilo?

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