lunes




L
a vi allí, perdida en sus ideas, abrazándose las rodillas y aferrando los nudillos a la sábana; arqueando su columna desnuda, sin cuidado de mostrarme todos los lunares de su espalda.
Tan sencilla, tan mujer. Irresistiblemente tentadora con el sólo hecho de estar allí, pensativa a los pies de mi cama. Tanto que no pude evitar tomarla por la cintura, envolverla en mis brazos hasta hacernos uno.

- Quiero protegerte – Le susurré al oído. Noté cómo su piel reaccionaba por instinto y la estreché aún más – Para siempre, Nerea.








Dia 2. Una canción de tu película favorita.

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