martes

13 de Mayo

Alguna vez te hablé de lo que era tener expectativas y de que yo era de las que las tenía a gran escala. Como soy una persona que usualmente se considera positiva, el hecho de creer en algo así implica que casi siempre espera a que algo bueno pase; que tengo esperanza, ilusión y por qué no, casi una certeza en que una situación puede darse bien. Sí, mi vida giraba en torno a perspectivas lindas de un mañana mejor.

Todo esto suena muy cursi, no?

Bueno, para bajar el nivel de azúcar te comento que resulta ser que ahora NO QUIERO. No quiero esperar nada. No quiero pretender que todavía me queda una carta por jugar, que puedo apostarle a un día más, a un futuro casi posible. NO. POR FAVOR BASTA. Me encantaría que alguien me arrancase ese tipo de ideas rosas así dejo de creer de una buena vez que entre vos y yo queda algo (que en el mejor de los casos, sería lo que tendría que haber sido: un nosotros).

Nunca pedí algo así, pero ahora, en estos renglones de locura, te ruego, pibe, por favor: ARRANCAME LAS EXPECTATIVAS Y PULVERIZAME LOS SUEÑOS. Ya machucaste un corazón recién estrenado, no creo que te cueste tanto llevar a cabo lo que te estoy pidiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario