martes

Entonces pensé que no eras nada, nada de nada. Y que yo quería... nada, después de todo con nada no hace falta esperar algo. Porque teniendo nada, tenía todo. Porque a veces vos podías ser todo.


Se entiede? .



Y después, entre mis marañas de pensamientos apareciste con un " hola extraño " y comprendí que cuando uno espera nada, hasta eso se volvía sorprendente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario