miércoles


Alguien le había amarrado el cuello y la había tirado hacia el fondo; aquél nudo en la garganta y el torrente de agua salada apenas si le permitían respirar. Se estaba ahogando en ella misma.



…Vio su espalda meterse por la puerta del auto.



De repente se sintió envuelta en el silencio, ni siquiera oyó el ruido del motor encendiéndose y mucho menos alejarse. Ella se quedó allí sentada con la mirada clavada en el alguna parte, ahora el mar de sus ojos hacía que todo fuera igual.




Se había ido.

1 comentario:

  1. Oh!...la espalda la espalda la espalda...
    me ha pasado algo así con una espalda...
    beso vic

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